Posted by : Danny E. Salazar domingo, 28 de agosto de 2016







PROMESA

Dante sale de casa, se dirige a jugar. Como siempre, él y Vergil tienen una competencia. Dante corre y los observa a la lejanía. Ellos lo reciben con una sonrisa.

— ¿Qué hay Dante? ¿Estás listo?-Vergil, alegre como siempre.
—Por supuesto, estoy listo para todo. Te pateare el trasero.
—Estaré apoyándote, Dante.
— ¿Eh? ¡Minaya! Eres mi hermana, se supone que debes apoyarme a mí.
—Pero, es que Dante me gusta…
— ¿Te gusta? ¿Cómo te gusta el pan?
—Pues…
—Está bien. Apoya a Dante, pero me darás tu presa de la cena cuando gane.
— ¿Ehhhh? Solo si ganas.
—Ganare. Soy el que más gana.-Vergil se apunta con su pulgar al pecho.
— ¿En qué competiremos?-Pregunta Dante
—Algo simple. Correremos desde donde comienza la aldea hasta donde termina. Serán cinco vueltas. El que llegue primero gana.

La aldea no es muy grande, apenas 14 casas la habitan.

—Está bien. Estoy preparado.
—Muy bien. Minaya. Cuando nos hayamos puesto en posición gritas “Fuera”.
—Entendido.
—No vale salir antes del grito. No hagas trampas, Dante.
—Yo no jamás hago trampa. Te venceré porque soy el más veloz.
—Naahhh. Yo soy más rápido.
—No, yo.
—YO
—Eso se decidirá luego de la carrera, dejen de pelear y alístense-Dice Minaya con una voz de autoridad.
Vergil: Esta bien, regañona.

—En sus marcas. Listos. FUERA.

Dante y Vergil salen disparados. Dante va a la cabeza, pero ¿se mantendrá ahí hasta el final?

Vergil lo rebasa y es el primero en llegar, gira y regresa. Dante no se ha quedado atrás y lo sigue. Están a solo una pulgada de distancia el uno el otro. Pasa el tiempo, se mantienen parejos. Están en la última vuelta. Corren y corren. Han llegado al mismo tiempo, son igual de rápidos.

—Bueno-La voz de Vergil es entrecortada-Parece que somos igual de rápidos.
—Pero yo soy menor que tu por un año. Eso quiere decir que yo soy mejor.
— ¿Qué te hace pensar eso? Eso no quiere decir que serás mejor mas adelante. Como dice mi Mamá. Las cosas no se saben hasta el final.

—Seré mejor que tu Vergil. Sera el mejor elementalista.
—No me quedare atrás.
—Pues yo tampoco-Grita Minaya-No crean que son los únicos que buscan ser elementalistas.
Vergil: Pero tu estas muy atrasada.
—Mamá me ha enseñado la teoría, puedo crear pequeñas chispas.
—Pues… Dante puede crear bolas de fuego. Y yo pudo producir grandes chispas. Estas muy lejos de nosotros, hermana.
—Espero que te mantengas con nosotros, Minaya.
—No le des falsas esperanzas, Dante.
—Sí. Yo también lo deseo, no quiero separarme de ti, Dante.
— ¿Y si yo me voy no te importa?-Pregunta Vergil indignado.
—Claro que no, hermano. Sabes que te amo.
—Ojala estemos juntos por siempre chicos. Es una promesa.

Los tres niños se toman de las manos, gritan que estarán juntos por siempre. Vergil es el primero en soltarse, necesita ir al baño. Dante le dice que tenga cuidado con las serpientes.

Minaya aprovecha la ocasión, intenta formar otra promesa con Dante.

—Dante….
— ¿Qué?
— ¿Qué te parece si…Somos novios y luego nos casamos?
—Lo dices así de la nada.
—Ahora no entendemos muy bien cómo funcionan esas cosas, pero estoy segura de que quiero contigo lo que mis padres y los tuyos tienen.
—Está bien. No tengo problemas.
— ¿Promesa con el meñique?
—Claro.

Ambos dicen al unisonó “Lo Prometo”

Vergil regresa, pregunta de que hablaban, pero es un secreto. Le dicen que de nada.
La madre de Vergil y Minaya da un grito. Le dice a su hija que la ayude con la cena. Le pide a Vergil ir al bosque y cazar un animal. Vergil le dice a Dante que tengan otra competencia. El que cacé el animal más grande gana. Dante acepta sin problemas.

A kilómetros de la aldea. Un auto militar se dirige hacia ella. Esta bastante cerca, llegara en unos minutos. Dentro del auto hay tres soldados. Dos en los asientos de adelante y el último en el de atrás.

—Capitán Yakuza. Estamos bastante cerca de la Aldea Pino.-Habla el primer soldado.
—Perfecto. Espero encontrar algo que valga la pena. Necesito más poder.
—Señor. Dudo que encontremos talento en una aldea.
— ¡Idiota! No subestimes el talento natural. Sea rico o pobre, el talento se da en cualquiera.
—Lamento mi ignorancia señor.
—Capitán. Ya llegamos.-Avisa el segundo soldado.

Al mismo tiempo, en el bosque. Dante se acerca a un jabalí. Se alegra bastante, se echa en la tierra y comienza a avanzar, lentamente. Para un niño de normal de cinco años, un jabalí salvaje sería demasiado peligroso. Dante está tranquilo, su control elemental es suficiente.

El jabalí se acerca mientras come pasto seco, el bosque no está en buenas condiciones y los animales son raros. El jabalí llega justo al lugar donde Dante estaba. Dante sale de los arbustos donde se escondía y ¡Zaz! Dante lo mata golpeándolo en la cabeza con su puño derecho cubierto en llamas, pero el jabalí no está quemado.

Al mismo tiempo, Vergil camina por el bosque, pero no ve nada. Mientras avanza, observa a una sombra moverse a gran velocidad, se sorprende pero finalmente la ignora. Al caminar pisa ramas secas, pasa por un lago, igual, seco. Al final no encontró nada.

— ¡Maldición! Ya va estar la cena, de seguro Dante encontró algo. Esta vez perdí.

Saliendo del bosque, ambos se encuentran.

—Lo sabía. Ese jabalí se ve bien. Supongo que vino de otro lugar, no hay casi nada en este bosque. Tendremos que mudarnos en algún momento.
—Estará delicioso.
—Me llevo la mitad.
—Lo suponía.

Dante se distrae por un momento.

— ¿Qué pasa?
—Me pareció ver un zorro. Olvídalo.
—Tengo otra propuesta.
— ¿Cuál?
—Es una súper idea para nuestra competencia.
—Vamos, dime.
—Cuando nos volvamos grandes elementalistas y lleguemos a la cima.
—Siiiii.-Agitando su brazos
—Mataremos a los Dioses.-Dice Vergil con una sonrisa ambiciosa.
—Wuao. ¡Esa es la mejor competencia de todas!
—A que si… ¿Qué dices?
—Acepto-Dijo Dante, si ninguna duda en su mente o corazón.
—Genial. Cuando estemos en lo más alto, tendremos una batalla para decidir quién matara a los Dioses. Aunque creo que ver quien los mata más rápido es más divertido. Es mejor decidir quién es digno de enfrentarse a ellos.

Vergil regresa a casa con el jabalí, mientras que Dante se desvía. Ahora está seguro, si era un zorro.

Dante persigue al zorro pero lo pierde de vista. No entiende como paso eso. El zorro solo desapareció. Dante regresa a casa cabizbajo. Una sombra devora al zorro, es la misma que Vergil vio. Al parecer, es un adolescente.

En su regreso a casa, Dante es rodeado por 3 lobos. Están en los huesos, han llegado al bosque siguiendo un aroma que jamás sintieron antes. Dante se acerca al líder, lo acaricia en la cabeza, los lobos no pueden atacarlo, no desean hacerlo. Los mismos lobos están confundidos. Dante los acaricia a los tres, pero, no dura mucho tiempo. Dante carga los cadáveres de los lobos, también son comestibles.

En la aldea, el auto militar se ha estacionado en la entrada.

—Esta aldea no está en tal mal estado. Han tenido suerte.-Comenta el primer soldado.
—Así parece. Si no encuentro algo que me satisfaga, la destruiré. Comencemos la inspección.

El capitán Yakuza y sus dos soldados bajan del auto. El capitán tiene una mirada fría; sus ojos son rasgados. Tiene un espeso bigote y el cabello corto. Posee una musculatura que se ve aun encima de su uniforme verde oscuro. Con cada paso que da impone miedo y respeto. Pasa por varias casas. Las personas están asustadas. Sus hijos son inspeccionados por los escáneres. Estos escáneres son pequeños como celulares, reciben y codifican las ondas que emiten los elementos. Con esto pueden saber cuántos elementos posee el sujeto en cuestión, y que tan fuerte es su poder elemental, y su talento.

—Hemos pasado por casi todas la casas y no hay nada bueno.-Dice el primer soldado.
—No perderé la esperanza. Algo me lo dice, aquí hay algo extraordinario.

Pasan por la penúltima casa, la de los Juzze. Vergil había llegado primero ya que Dante se distrajo con el zorro y los lobos. Vergil había visto esas maquinas antes, en uno de sus viajes a la ciudades para robar libros. Sabe lo que hacen. Vergil siempre ha podido aparentar ser mucho más débil de lo que es. Puede ocultar todo su potencial, y parecer un debilucho del montón. Fue revisado y descartado por Yakuza.

Por fin ha llegado la última casa. Kanto y Titania están muy asustados. No quieren perder a su hijo. Tal vez Kanto no tenga talento, pero su hijo pudo haberlo heredado. Tuvieron que romper la gran regla, mentir. Yakuza se planta frente a Kanto, ve sus ojos.

— ¿Ustedes no tienen hijos?
—No, no tuvimos la suerte.-Responde Titania.

Nadie en el pueblo los contradice, están unidos.

—Veo que usted es un Magno de sangre real.
—Lo soy, pero no tuve talento y me expulsaron.
—Algo bastante extraño en los de su clase. Una lástima, un niño Magno siempre será bienvenido. Muy bien, parece que esta es la ultima casa. Estoy decepcionado.

Titania piensa para sus adentros. Desea más que nada en el mundo que su hijo todavía no regresa, pero ya era muy tarde. Dante entra por la puerta trasera con una gran sonrisa, está feliz por haber traído tanta comida.

-Ya llegue, Mamá, Papá

La sorpresa y el miedo se divisan claramente en el rostro de sus padres. Dante no entiende que está pasando. El enojo es claro en el rostro de Yakuza. La atmosfera se pone pesada y densa.

— ¡A MI NADIE ME MIENTE!

Velozmente, Yakuza saco un cuchillo y cortó el cuello de Kanto Magno, ante la mirada aterrada de Dante. La siguiente es su madre. Titania le grita a su hijo que huya. Su cuello también es cortado, la sangre emana. Dante y su rostro de terror.

—Ahora. Niño Magno, ven conmigo. No te resistas, ve…

Dante en el enojo y el miedo libera una gran cantidad de energía elemental. En su gran grito, quema la casa, los cadáveres de los lobos y calcina a los dos soldados que acompañan al capitán. Momentáneamente cegado por la gran demostración de aquel niño de cinco años, Yakuza lo deja escapar. Dante, con las últimas palabras de su madre resonando en su cabeza, impulsándose con el fuego, sale volando a una enorme velocidad. Yakuza esta inmóvil, quiere moverse pero no puede, está demasiado sorprendido por lo que ha visto.

—si…si…Si…Si. Esto es lo que buscaba. ¡SI!

Cuando Yakuza se recupero, ya era tarde. Dante se había perdido de vista, y ya estaba pronto a llegar a la ciudad Az. El talento natural de Dante le permitió controlar su elemento fuego, gracias a él logro huir del peligro. Los testigos no lo creen.

—Da-da-da-da-Dante.-Tartamudea Minaya.

Vergil tiene una enorme sonrisa en su rostro.

—El poder de Dante es asombroso. Lo sabía, el será mi rival por siempre. El hará divertido este podrido y aburrido mundo. El y solo él.

Yakuza se culpa por dejarse impresionar. Ha dejado escapar un tesoro. Pero no descansara en encontrarlo y convertirlo en su soldado.

En las cercanías de la ciudad Az. Dante ha volado por mucho tiempo y está cansado. Es hora de caer, y cayó como un muerto directo a un basurero. Una persona escucha el ruido. Dante respira agitado, se pregunta porque paso lo que paso. Se pregunta dónde está. El niño ya no está asustado, ya ha asimilado todo lo ocurrido. No está llorando o algo parecido. Ha superado lo que hubiera sido considerado un trauma, y lo hizo en unos cuantos minutos. Ha evolucionado.

Es de noche y llueve a cántaros. En la ciudad Az, llueve cinco de los siete días de la semana. La razón por la que esto pasa, es porque la Diosa del Agua vive cerca, en la montaña azul.

Un anciano de pelo largo y blanco, de barba gris, y vestido con un Kimono plomo, se acerca al niño. Le pone un paraguas sobre la cabeza y habla con una voz amable.

—Hijo ¿Te encuentras bien?
—Eso creo. Estoy a salvo
— ¿A salvo? ¿A qué te refieres?
—Mis padres fueron asesinados por un militar. Me iba a atrapar si no escapaba.

El anciano se sorprendió de la tranquilidad del niño.

—Se ve que has pasado por mucho. Ven conmigo, estas empapado. Podrías enfermarte.
—Gracias señor.....
—Me llamo Arthur Zackye y soy un maestro de karate. Te llevare a mi Dojo.
—Gracias.

Dante camina junto al anciano. Mira a todos lados, es la primera vez que ve una ciudad. Esta muy sorprendido de todo lo que ve. Una mujer con bolsas con verduras y frutas se acerca al anciano.

—Maestro Zackye.
—Hola, señora Nubes.
—Ya que lo encuentro, quería preguntarle cómo va mi hijo. Nunca me cuenta nada.
—Bastante bien. Progresa muy rápido.
—Me alegra que este poniendo energía en algo. Es un niño muy revoltoso. ¿Y este pequeño tan lindo?-La mujer observa los ojos de Dante-¿Un Magno?
—Lo eh encontrado tirado en un basurero.
—Debió haber escapado o algo así.
—Al parecer sus padres ha muerto.

Dante abre grande la boca frente a una panadería.

—No lo puedo creer. Dos Magnos han muerto. No parece triste ni nada parecido.
—Lo sé. También me sorprende, pero no parece haber mentido. En cuanto a los Magno. De seguro eran exiliados. No está vestido como un noble.
—Eso parece. ¿Lo llevara con usted?
—Sí. No creo que tenga lugar al cual ir.
—Un gran gesto de su parte. Me retiro. Adiós.
—Adiós.

Dante ha sido llevado al Dojo Tsubame Gaeshi. La entrada del Dojo es simple. Es de mármol, pero tiene algunas partes metálicas. Hay muchas plantas alrededor, y dos palmeras. El patio trasero tiene un gran árbol de cerezo. Las hojas rosadas tranquilizan al que las ve.

—Este Dojo es grande.
—Claro, tengo muchos alumnos.

Una niña de seis años interrumpe. Esta despeinada, parece que acabara de levantarse.

— ¿Quién es, Papá?

—El es.....

—Dante, me llamo Dante.
—Si y Dante vivirá ahora con nosotros ¿No te molesta o sí?
—No, está bien. Eso quiere decir que eres mi hermano.-Dice Mila Peeters, sonriendo.
— ¿Te gustaría quedarte Dante?
—Claro. No tengo adonde ir. Además quiero hacerme más fuerte, quiero ser un elementalista.
-—Muy bien. Yo te enseñare.

Zackye piensa: No parece haber mentido pero... Si está diciendo la verdad. Me sorprende lo calmado que esta. Es como si no hubiera pasado nada.

—Bien Mila, porque no le enseñas donde está el baño y luego su habitación.
—Bien. Sígueme Dante.
—Está bien.

Luego del baño y de comer, el Dojo se dispone a cerrar. Dante está en su cama.

—Mis padres acaban de morir. Mi vida como la conocía ha acabado. Estoy lejos de mis amigos. Pero aun no quiero volver, no hasta ser más fuerte. Ese sujeto… ¿Quién será? Es fuerte. También debo vengar a mis padres. No es que sienta odio, pero, se supone que es lo que debo hacer. Zackye-sensei me entrenara a partir de mañana. Me esforzare. Ahora, a dormir.

Dante despierta en un lugar extraño. Esta todo blanco, es la nada. Es una dimensión, una dimensión vacía. Un vacio blanco.

— ¿Dónde estoy?
—Hola.

Saluda una voz, una voz extraña. Dante nunca ha oído una voz como aquella. Es como si el sonido que producen los truenos y relámpagos dijeran palabras. Dante se asusta.

— ¿Quién eres tú?
— ¿Yo? Mi nombre es trueno.
— ¿Trueno?
—Así es, y él es fuego. Somos tus elementos.
—¿Mis..elementos?
—Exacto.

Los elementos hablan al unisonó.

—Este lugar es conocido como la Dimensión vacía. Aquí solo pueden entrar las personas que posean la habilidad especial “Zen”, Tú eres uno de ellos, Dante.
— ¿Zen?
—Sí. Zen. Es por eso que tú puedes entrar y conversar con nosotros. Tú posees esa habilidad.
—Wuao.

Fuego comienza a hablar por su cuenta. Su voz es como si el sonido que produce el fuego emitirá frases.

—Ahora. Necesitamos tu ayuda.
— ¿Mi ayuda?
—Por eso te hemos llamado. Hay un sujeto por allá. Dice llamarse aire.
— ¿Aire? Eso es imposible. Solo se pueden tener dos elementos. Se hereda del padre o de la mamá, y si tienes suerte, de ambos. Pero no es posible tener más.
—Pues yo que sé, soy solo un elemento.

Dante sigue a los elementos. El fuego y los truenos se mueven de tal manera que forman una silueta humana. De un momento a otro, ahora forman una silueta animal. El de fuego parece un zorro, y el de trueno parece un perro siberiano. Dante no tiene idea de que han tomado esa forma para hacerlo sentirse más cómodo. Dante no sabe que el mismo ha cambiado sus formas.

Finalmente han llegado donde se encuentra “Aire”, el elemento parece estar atrapado en una jaula pequeña. El elemento es amorfo.

— ¿Estás bien?-Pregunta Dante.
—Estoy de lo mejor, jamás me sentí así de bien. Estoy en el nirvana. Me siento como en un concierto de Radiohead.
— ¿Enserio?-Pregunta Dante con una sonrisa.
— ¡No idiota! Estoy en una jaula. Libérame.

La voz del elemento era como si el sonido que produce el viento expresara sentimientos. Dante abre la jaula.

—Ahhh. Por fin soy libre. No me gustaba nada estar encerrado. Bien.
— ¿Qué haces aquí?
— ¿Sabes de tu ancestro?
—Sí.
—Entonces deberías saber que decidió convertirse en energía elemental, para viajar entre sus descendientes, buscando a alguien digno de su poder.
—Si, conozco eso. El ha sido el único capaz de lograr algo como eso. Tenía gran control elemental. El era genial.
—Pues él ha decidido poner su confianza en ti, y dejarte usar su elemento, ósea yo. ¡Demonios! Me siento como una aspiradora que le prestas a tu vecino.
— ¡Eso es genial! Jamás creí que eso sería posible.
—No te emociones tanto. Hasta estar 100% seguro de que llegaras lejos, no te dará su poder. Así que por el momento el se mantendrá oculto dentro de ti.
—Está bien. Con ustedes tres, llegare a lo más alto. Seré el más fuerte, venceré a Vergil, y matare a los Dioses. Sera divertido.

Dante sale de la dimensión vacía. Se ve en su cuarto, no entiende nada. Duerme con una gran sonrisa en su rostro. Está ansioso por tener grandes batallas. Sera divertido.

 

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